jueves, 27 de mayo de 2010

HADEWIJCH, ENTRE LA FÉ Y LA PASIÓN



DIRIGIDA POR BRUNO DUMONT.


1) Llama la atención que cierta crítica local se deslumbre con este sobrevalorado film, que si bien no es deleznable, dista de ser una obra sobresaliente.

2) A primera vista, tiene todo para atraer la atención del público y crítica: misticismo, religión, erotismo, cuestionamiento de fundamentalismos.

3) Pero claro, en toda obra de arte lo que se juzga son los resultados, no las intenciones. El camino del infierno del cine está empedrado de buenas intenciones.

4) De todos modos, no de puede saber cual es la intención de Dumont: una lectura posmo de ciertos tópicos de cineastas anteriores, una postura, una parodia, un discurso sobre los tiempos actuales.

5 )Sí hay algo en claro: lo que Dumont dice, lo expresa del modo mas solemne posible. Hadewijch es un film sin humor, acartonado, con la formalidad de un memorándum. Es de suponer que esto se justifica porque se está hablando de temas “importantes”, lo que justificaría que el film se tome demasiado en serio a sí mismo.

6) El terrorismo islámico no es el gran tema de estos tiempos: en opinión de quien esto escribe el gran tema de estos tiempos es el desboque salvaje del capitalismo a ultranza con todas sus secuelas. La desigualdad, el consumismo patológico y desmedido, la dictadura benévola de los mass media, y principalmente, las aventuras bélicas del EE UU., que justamente traen como resultado el terrorismo islámico. Esta clase de terrorismo no ha surgido de la nada, sino de las políticas expansionistas norteamericanas y sus enclaves en Medio Oriente, tema que el film soslaya.

7) Tampoco tendría Hadewijch hacer una clase de Ciencia Política, pero al meterse con estos temas tan espinosos, tendría que hacerlo a fondo, so riesgo de quedar como un film tibio.

8) Tal vez es que Dumont trata demasiados temas a la vez, lo que resulta en una película densa, sobrecargada de sentidos.

9) Es que todo el film tiene cierto sesgo torpe, o mejor dicho, maniqueo: la casa de la protagonista, por ejemplo, no parece un lugar habitable; por más que sea la casa de un ministro, las pinturas que rodean (y agobian) a sus habitantes están de más, es difícil creer que esa sea una casa actual, no hacía falta mostrar esos elementos para señalar que Celine forma parte de la alta burguesía. Estos detalles pintados sin sutilezas, con brocha gorda, terminan anulando el mensaje del film.

10) El film de Dumont –por mas que él, hipócritamente, lo niegue- se mueve en base a citas de cuño bressoniano:

-La relación de Céline con su perro (llamado Le Chien, “El perro”), que recuerda a la relación de Anne Wiazemski con su burro en Al azar, Baltazar. Pero mientras en el film de bresson este elemento estaba sugerido – y de ahí su potencia-, en Hadewijch es más explicito, llegando la protagonista a acostarse completamente desnuda con el perro en la misma cama.

-En el concierto de la iglesia, Céline esucha a un grupo de músicos jóvenes interpretar música religiosa. Las sonrisas equivocas que intercambia la protagonista con una violinista, hacen pensar en Les anges du peché, cuyo tema de trasfondo era la atracción erótica entre dos mujeres, en este caso, monjas.

-No son novedad las similitudes entre el film de Dumont y Mouchette. La diferencia radica en la postrera salvación de la protagonista, a través de un “ángel de la guarda”, encarnado en un obrero, único personaje del film que parece tener vida propia.

11) Es que Hadewijch es un film que no respira, carente de organicidad, aprisionado en lo que quiere transmitir.

12) También, un relato forzado (el supuesto enamoramiento de Céline con el teólogo musulmán, que parece pegado ad hoc al discurso; el viaje a Medio Oriente se su protagonista, la expulsión del convento, por pecados que una buena filípica de la madre superiora encarrilaría), donde los elementos que lo conforma son llevados a la máxima tensión. Se siente el grito, el dolor de estos elementos, llevados más allá de su resistencia.

13) A Dumont parece gustarle los juegos de contrarios: alma/cuerpo, espíritu/carne, castidad/promiscuidad, paz/violencia, vida religiosa/vida secular. Pero estos opuestos son tratados livianamente, sin permitir que de la tensión entre ellos surja algún significado dialécticamente superador.
La original Hadewijch de Amberes.
14) Entremos a desgranar ahora las teorías sobre la teología que el film postula:

-En la teología católica, se llaman virtudes teologales a los hábitos que Dios infunde en la inteligencia y en la voluntad del hombre para ordenar sus acciones a Dios mismo. Tradicionalmente se cuentan tres: la Fe, la Esperanza y la Caridad.
-El ascetismo de Céline: la ascética es un modo de acceso místico. La mayoría de los sistemas ascéticos desdeñan las necesidades fisiológicas del individuo por considerarlas de orden inferior. El fundamento de este aserto reside en la adhesión a dualismos del tipo alma-cuerpo, espíritu-materia, bien-mal, presentes en Hadewijtch, como señaláramos anteriormente.
-El procedimiento para acercarse a Dios, tal como lo expuso el cartujo fray Bernardo Fontova en su "Tratado de las tres vías, purgativa, iluminativa y unitiva'", constaba en general de dos vías, purgativa e iluminativa, de acercamiento a Dios, y de una tercera, la unitiva, que no era en realidad tal, puesto que se daba ya una vez realizada la unión mística.
-En varios pasajes de la película se habla de las manifestaciones de Dios en todos los entes. O sea, se hace alusión al panteísmo, en el cual cada criatura es un aspecto o una manifestación de Dios, que es concebido como el actor divino que desempeña a la vez los innumerables papeles de humanos, animales, plantas, estrellas y fuerzas de la naturaleza. Pero, paradójicamente, el panteísmo es incompatible con la creencia en un Dios personal, de ahí que para algunos sea una expresión del ateísmo


15)Por lo tanto, nos queda como concepto final el de un film acartonado, solemne, ejecutado según un improbable manual Bresson, donde se toman conceptos muy profundos de forma sumamente frágil.

miércoles, 12 de mayo de 2010

UNA SINFONÍA LUMINOSA


ROMPECABEZAS, DIRIGIDA POR NATALIA SMIRNOFF. ELENCO: MARÍA ONETTO, GABRIEL GOYTI, HENNY, TRAILES. ARGENTINA, 2009.

Manos, manos rápidas que trabajan sin pausa. Manos que se enlazan a otras en el momento de hacer el amor, manos que arman rompecabezas (manos con paciencia). Manos que empuñan la cuchilla para trozar el pollo, para reconocer un rostro como si fuera la primera vez. Manos que tejen un destino. Las manos de Mamucha (María Onetto), no descansan. En su cumpleaños número cincuenta, alguien (los dioses, obviamente, aunque no se nos diga, pues estamos asistiendo a una fábula clásica), pone al alcance de sus manos mortales un puzzle. Desde allí, su vida de ama de casa del conurbano bonaerense dará un giro, no por pausado menos radical. Como siguiendo un mandato ciego pero inclaudicable, se embarcará en el armado de los rompecabezas con fruición. Allí, empezará un periplo hacia la infancia (la parte de nuestra vida que nos produce placer todavía sin culpa, y nos completa), lo lúdico, el descubrimiento. Un camino hacia atrás, hacia lafuente del los deseos. El relato -y la vida de Carmen- se irán desplegando como los pétalos de una flor, lentamente, sin pausa, en la búsqueda de la luz –que está dentro de ella misma.
Asistimos entonces al proceso de armado de una subjetividad, en devenir persona durante un relato sin disonancias; una pieza de cámara, una sinfonía sin inflexiones altisonantes. El filme tiene un desarrollo musical, donde cada nota (cada plano) cumple una función justa en la totalidad de la obra. Gestos casi imperceptibles. Audacias mínimas en la dura tarea de construir el propio yo. Carmen se busca sin prisa y sin pausa a sí misma; y comprende, al final del film, que lo que vale es el camino, y no la llegada. Ella descubre –a través del ocio- que al armar ese puzzle sin mirar la figura (sin elegir la totalidad), está eligiendo todas las versiones de sí misma, aunque en apariencia sean contradictorias. El relato deja un final abierto, para que lo complete el espectador. Un film luminoso, intenso y a la vez leve.