jueves, 19 de noviembre de 2009

HAY CADÁVERES, POR NÉSTOR PERLONGHER



Bajo las matas


En los pajonales



Sobre los puentes



En los canales



Hay Cadáveres






En la trilla de un tren que nunca se detiene



En la estela de un barco que naufraga



En una colilla, que se desvanece



En los muelles los apeaderos los trampolines los malecones



Hay Cadáveres



En las redes de los pescadores



En el tropiezo de los cangrejales



En la del pelo que se toma



Con un prendedorcito descolgado



Hay Cadáveres



En lo preciso de esta ausencia



En lo que raya esa palabra



En su divina presencia



Comandante, en su raya



Hay Cadáveres



En las mangas acaloradas de la mujer del pasaporte que se arroja



Por la ventana del barquillo con un bebito a cuestas



En el barquillero que se obliga a hacer garrapiñada



En el garrapiñero que se empana



En la pana, en la paja, ahí



Hay Cadáveres



Precisamente ahí, y en esa richade la que deshilacha, y en ese soslayo de la que no conviene que se diga, y en el desdén de la que no se diga que no piensa, acasoen la que no se dice que se sepa…Hay Cadáveres


Empero, en la lingüita de ese zapato que se lía, disimuladamente, al



espejuelo, en la



correíta de esa hebilla que se corre, sin querer, en el techo, patas



arriba de ese monedero que se deshincha, como un buhón, y, sin



embargo, en esa c… que, cómo se escribía? c… de qué? mas,



Con
Todo



Sobretodo



Hay Cadáveres


En el trepado de la que se despelmaza, febrilmente, en la



menea de la que se lagarta en esa yedra, inerme en el



despanzurrar de la que no se abriga, apenas,



sino con un



saquito, y en potiche de saquitos, y figurines anteriores, modas



pasadas como almejas muertas de las que



Hay Cadáveres



Se ven, se los despanza divisantes flotando en el pantano:en la colilla de los pantalones que se encastran, símilmente;en el ribete de la cola del tapado de seda de la novia, que no se casa



Hay Cadáveres


En ese golpe bajo, en la bajez



de esa mofleta, en el disfraz



ambiguo de ese buitre, la zeta de



esas azaleas, encendidas, en esa obscuridad



Hay Cadáveres



Está lleno: en los frasquitos de leche de chancho con que las



campesinas



agasajan sus fiolos, en los



fiordos de las portuarias y marítimas que se dejan amanecer, como a



escondidas, con la bombacha llena; en la



humedad de esas bolsitas, bolas, que se apisonan al movimiento



Hay Cadáveres


Parece remanido: en la manera



de esos gauchos, en el pelaje de



esa tropa alzada, en los cañaverales (paja brava), en el botijo



de ese guacho, el olor a matorra de ese juez



Hay Cadáveres



Ay, en el quejido de esa corista que vendía “estrellas federales”



Uy, en el pateo de esa arpista que cogía pequeños perros invertidos,



Uau, en esa carrera cuando rumbea la cascada, con



una botella de whisky “Russo” llena de vidrio en los breteles, en ésos,tan delgados,



Hay Cadáveres



En la finura de la modistilla que atara cintas donde un buraco hubiere



En la delicadeza de las manos de la manicura que electriza



las uñas salitrosas, en las mismas



cutículas que ella abre, como en una toilette; en el tocador, tan…indeciso…, que



clava preciosamente los alfiles, en las caderas de la Reina y



en los cuadernillos de la princesa, que en el sonido de una realeza



que se derrumba, oui



Hay Cadáveres



Yes, en el estuche de alcanfor del pecho de esa¡bonita profesora!



Ecco, en los tizones con que esa ¡bonita profesora! traza el rescoldo



de ese incienso;



en la garganta de esa ajorca, o en lo mollejo de ese moretón



atravesado por un aro, enagua,



Ya Hay Cadáveres


En eso que que se atraganta,



En eso que tragalo que emputarra,



En eso que amputalo que empala,



En eso que ¡puta!



Hay Cadáveres



Ya no se puede sostener: el mango



de la pala que clava en la tierra su rosario de musgos,



el rosario de la cruz que empala en el muro la tierra de una clava,la corriente



que sujeta a los juncos el pichido –tin, tin…-del son-ajero, en el gargajo que se esputa…



Hay Cadáveres



En la mucosidad que se mamosa, además, en la gárgara; en la también



glacial amígdala; en el florete que no se succiona con fruición



porque guarda una orla de caca; en el escupitajo



que se estampa como sobre en un pijo,



en la saliva por donde penetra un elefante, en esos chistes dela hormiga,



Hay Cadáveres



En la conchita de las pendejas



En el pitín de un gladiador sureño, sueño



En el florín de un perdulario que se emparrala, en unas



brechas, en el sudario del cliente



que paga un precio desmesuradamente alto por el polvo,en el polvo



Hay Cadáveres



En el desierto de los consultorios



En la polvareda de los divanes “inconscientes”



En lo incesante de ese trámite, de ese “proceso” en hospitales



donde el muerto circula, en los pasillos



donde las enfermeras hacen SHHH!



Con una aguja en los ovarios, en los huecos



de los escaparates de cristal de orquesta donde los cirujanos



se travisten de “hombre drapeado”,



laz zarigüeyaz de dezhechoz, donde tatúase, o tajéase ( o paladea)



un paladar, en tornos



Hay Cadáveres


En las canastas de mamá que alternativamente se llenan o vacían de



Esmeraldas, canutos, en las alforzas de ese



bies que ciñe – algo demás- esos corpiños, en el azul lunado del cabello, gloria



mar, en el chupàzo de esa teta que se exprime, en el



reclinatorio, contra una mandolin, salamí, plena de tersos caños…



Hay Cadáveres



En esas circunstancias, cuando la madre se



lava los platos, el hijo los pies, el padre el cinto, la



hermanita la mancha de pus, que, bajo el sobaco, que



va creciente,



Hay Cadáveres


Ya no se puede enumerar: en la pequeña riela de ceniza



que deja mi caballo al fumar por los campos ( campos, hum…). o por



los haras, eh, harás de cuenta que no



Hay Cadáveres



Cuando el caballo pisa



los emponchados pólderes,



empenachado se hunde



en los forrajes;



cuando la golondrina, tera tera,vuela en circuitos, como un gallo, o cuando la bondiola



como una sierpe leche de cobra se



disipa,



los miradores llegan todos a la siguiente



conclusión:



Hay Cadáveres


Cuando los extranjeros, como crápulas ( “se les ha volado la



papisa, y la manotean a dos cuerpos”), cómplices



arrodíllanse (de) bajo la estatua de una muerta,



y ella es devaluada!



Hay Cadáveres



Cuando el cansancio de una pistola, la flaccidez de un ano,



ya no pueden, el peso de un carajo, el pis de un palo borracho, la estirpe real de una azalea que ha florecido



roja, como un seibo, o un servio, cuando un pajuela troncha, calmamente,



a dentelladas, cuando la va embutiendo



contra una parecita, y a horcajadas, chorrea, y



Hay Cadáveres



Cuando la entierra levemente, y entusiasmado por el suceso de su pica, más



atornilla esa clava, cuando mecha en el pistilo de esa carroña el peristilo de una carroza



chueca, cuando la va dándola vuelta



para que pase todos los lunares, o



Sitios,



Hay Cadáveres


Verrugas, alforranas



macarios muermos: cuando acribilla, acrisola, ángeles miriados de peces espadas, mirtas



acneicas, o sólo adolescentes, doloridas del



dedo de un puntapié en las várices, torreja



de ubre, percal crispado, romo clítoris



Hay Cadáveres



En el país donde se yuga el molinero



En el estado donde el carnicero vende sus lomos, al contado,y donde todas las



Ocupaciones tienen nombre…



En las regiones donde una piruja voltea su zorrito de banlon,la huelen de lejos, desde antaño



Hay Cadáveres



En la provincia donde no se dice la verdad



En los locales donde no se cuenta una mentira



-Eso no sale de acá



En los meaderos de borrachos donde aparece una pústula roja en



la bragueta del que orina –esto no va a parar aquí-, contra los



azulejos, en el vano, de la 14 o de la 15,



Corrientes yEsmeraldas,



Hay Cadáveres



Y se convierte inmediatamente en



La Cautiva,los caciques le hacen un enema,le abren el culo



para sacarle el chico, el marido se queda con la nena,



pero ella consigue conservar un escapulario con una foto borroneada



de un camarín



Hay Cadáveres



Donde él la traicionó, donde la quiso convencer que ella



era una oveja hecha rabona, donde la perra lo cagó, donde la puerca



dejó caer por la puntilla de boquilla almibarada unos pelillos



almizclados, lo sedujo



Hay Cadáveres



Donde ella eyaculó, la bombachita toda blanda, como sobre



un bombachón de muñequera, como en



un cáliz borboteante



–los retazosde argolla flotaban en la “Solución Humectante”



(método agua poragua),ella se lo tenía que contar:



Hay Cadáveres






El feto, criándose en un arroyuelo ratonil



La abuela, afeitándose en un bols de lavandina,



La suegra, jalándose unas pepitas de sarmiento,



La tía, volviéndose loca por unos peines encurvados:



Hay Cadáveres



La familia, hurgando en los repliegues de las sábanas



La amiga, cosiendo sin parar el desgarrón de una “calada”



El gil, chupándose una yuta por unos papelitos desleídos



Un chongo, cuando intentaba introducirla por el caño de escape de



una Kombi,



Hay Cadáveres


La despeinada, cuyo rodete se ha raído



por culpa de tanto “rayito de sol”, tanto “clarito”;



La martinera, cuyo corazón prefirió no saberlo;



La desposeída, que se enganchó los dientes al intentar huir de un taxi;



La que deseó, detrás de una mantilla untuosa, desdentarse



para no ver lo que veía:



Hay Cadáveres


La matrona casada, que le hizo el favor a la muchacho pasándole un



buen punto;la tejedora que no cánsase, que se cansó buscando el punto bien



discreto que no mostrara nada



- y al mismo tiempo diera a entender lo que pasase-;la dueña de la fábrica,



que vió las venas de sus obreras urdirse



tactilmente en los telares – y daba esa textura acompasada…lila



La llanera, que procuró enroscarse en los hilambres, las púas



Hay Cadáveres



La que hace años que no ve una pija



La que se la imagina, como aterciopelada, en una cuna ( o cuña)



Beba, que se escapó con su marido, ya impotente, a una quinta



donde los



vigilaban, con un naso, o con un martillito, en las rodillas, le



tomaron los pezones, con una tenacilla (Beba era tan bonita como una profesora…)



Hay Cadáveres


Era ver contra toda evidencia



Era callar contra todo silencio



Era manifestarse contra todo acto



Contra toda lambida era chupar



Hay Cadáveres


Era: “No le digas que lo viste conmigo porque capaz que se dan cuenta”



O:”No le vayas a contar que lo vimos porque a ver si se lo toma a pecho”



Acaso: “No te conviene que lo sepan porque te amputan una teta”



Aún: “Hoy asaltaron a una vaca”



“Cuando lo veas hacé de cuenta que no te diste cuenta de nada… y listo”



Hay Cadáveres


Como una muletilla se le enchufaba en el pezcuello



Como una frase hecha le atornillaba los corsets las fajas



Como un titilar olvidadizo, eran como resplandores de mangrullo; como



Una corbata se avizora, pinche de plata, así



Hay Cadáveres



En el campo



En el campo



En la casa



En la caza



Ahí



Hay Cadáveres


En el decaer de esta escritura



En el borroneo de estas inscripciones



En el difuminar de estas leyendas



En las conversaciones de lesbianas que se muestran la marca de la liga,



En ese puño elástico,



Hay Cadáveres


Decir “en” no es una maravilla?



Una pretensión de centramiento?



Un centramiento de lo céntrico, cuyo forward



Muere al amanecer, y descompuesto de



El Túnel



Hay Cadáveres


Un área donde principales fosas?



Un loro donde aristas enjauladas?



Un pabellón de lolas pajareras?



Una pepa, trincada, en el cubismo



de superficie frívola…?



Hay Cadáveres

Yo no te lo quería comentar, Fernando, pero esa vez que me mandastea la oficina, a hacer los trámites, cuando yo



cruzaba la calle, una viejita se cayó, por una biela, y los



carruajes que pasaban, con esos crepés tan anticuados (ya preciso,te dije, de otro pantalón blanco), vos creés que se iban a


detener, Fernando?

Imaginá…


Hay Cadáveres



Estamos hartas de esta reiteración, y llenas



de esta reiteración estamos,



Las damiselas italianas



pierden la tapita del Luis XV en La Boca!



Las “modelos” – del partido polaco –no encuentran los botones (el escote cerraba por atrás) en La Matanza



Cholas baratas y envidiosas – cuya catinga no compite – en Quilmes



¡Monas muy guapas en los corsos de Avellaneda!



¡Barracas!



Hay Cadáveres


¡Ay, no le digas nada a doña Marta, ella le cuenta al nieto que es colimba!



¡Y si se entera Misia Amalia, que tiene un novio federal!



¡Y la que paya, si callase!



¡La que bordona, arpona!



¡Ni a la vitrolera, que es botona!



¡Ni al lustrabotas, cachafaz!



¡Ni a la que hace el género “volante”!



Ni Hay Cadáveres


¡Féretros alegóricos!



¡Sótanos metafóricos!



¡Pocillos metonímicos!



¡Ex-plícito!


Hay Cadáveres



Ejercicios



Campañas



Consorcios



Condominios



Contractus



Hay Cadáveres


Yermos o Luengos



Pozzis o Westerleys



Rouges o Sombras



Tablas o Pliegues



Hay Cadáveres


-Todo esto no viene así nomás-



-Por qué no?-



-No me digas que los vas a contar-



-No te parece?-



-Cuándo te recibiste?



-Militaba?-



Hay Cadáveres


Saliste Sola



Con el



Fresquito de la Noche



Cuando te



Sorprendieron los



Relámpagos



No



Llevaste un Saquito



Y Hay Cadáveres



Se entiende?



Estaba claro?


No era un poco demás para la época



las uñas azuladas?



Hay Cadáveres


Yo soy aquel que ayer nomás



Ella es la que…



Veíase el arpa…



En la alfombrada sala Villegas



Hay Cadáveres


¿No hay nadie?, pregunta la mujer del Paraguay.



Respuesta: No hay cadáveres.

(De "Alambres", publicado por Último Reino, 1987. © Herederos de Néstor Perlongher)

No hay comentarios: